Las dos Spains

Se trata de un enfrentamiento absurdo sin precedentes en la historia de este país: La sociedad española está dividida, las dos Españas vuelven a renacer en pleno siglo XXI. Los motivos que lleva un pueblo a enfrentarse estúpidamente en una dura rivalidad son de gran transcendentalidad y profundidad ideólogica que ni la Guerra Civil del 36.
Por un lado tenemos la sociedad que usa el Aifon, se trata de gente pija sin escrúpulos y dispuesta a prostituirse cualquier cosa con tal de tener la nueva versión de este juguete de paseo y lucirlo bien. Por otro lado tenemos a los que usan Blacperris, señores porculeros prácticos y cómodos, amantes del chateo. Este otro juguete de paseo está infectado por el virus del "tirurí", un extraño sonido que sólo emite en universidades, bibliotecas y autobuses para llamar la atención. Curiosamente el virus contagia cierta inquietud (en realidad causa instintos asesinos contra el juguete y el usuario) a quienes rodean a este amante del chateo, quien no duda un segundo en dar por culo con el puto tirurí chatear distraídamente con sus amigos sobre por qué no cagó ayer.
Hay gran animadversión por parte de usuarios de Aifons hacia los que usan Blacperris, porque según ellos no tienen dinero suficiente como para comprarse un Aifon y se compran este juguete que es más barato. Veamos un ejemplo dicho por un gilipollas usuario que usa Aifon:


"He tenido una pesadilla: Me he despertado creyendo que mi Aifon se había convertido en una Blacperri, por suerte todo fue un sueño. Respiro aliviado."

Esto se debe a que los usuarios de Blacperris tuvieron una gran desconexión neuronal en su red y no pudieron chatear entre sí, creando verdaderos traumas y angustias que tuvieron que tratarse con dos hostias psicológicamente "No me puedo creer que haya tenido que gastarme el dinero en mandar un mensaje a un amigo" afirmó un miembro de este colectivo. La dualidad dual entre Aifon y Blacperris está muy presente en esta sociedad aunque debido a este incidente éstas últimas están perdiendo la jugada. En su lugar otros juguetes táctiles de paseo están matándose disputándose para competir con los pijaifons.

Hasta aquí la crónica por ahora, no ha habido muchos daños colaterales en este duro enfrentamiento absurdo, esperemos que próximamente haya acuerdos de paz y pronto vuelva a funcionar todo a botones.