lunes, 26 de marzo de 2012

Elecciones andaluzas o por qué la izquierda es tan fuerte en Andalucía



Cada comunidad autónoma tiene una historia distinta en cuanto a su izquierda y a la derecha, por lo que tal vez no deberíamos extrapolar lo que aquí se cuenta a otras comunidades. Sin embargo la historia de Andalucía ha estado muy fuertemente marcada por el caciquismo y el franquismo más que ninguna otra comunidad autónoma.
Por un lado el franquismo se oponía al desarrollo económico de Andalucía, con el argumento de que hay que “conservar virgen las tradiciones rurales andaluzas y que la industria no dañe a estas tradiciones”. Este tipo de filosofía en la política si le añadimos el poco espíritu emprendedor de los andaluces, nos podemos imaginar en qué condiciones vivirían nuestros abuelos, con preguntarles a ellos basta. De hecho algunas zonas de Andalucía permanecieron completamente aisladas y las carreteras no llegaron a estos parajes hasta mediados de los 80-90. pero mucho peor es la huella que el caciquismo ha dejado en la actual comunidad autónoma. Desde el siglo XIX hasta principios de los años 80 del anterior siglo la figura del señorito latifundista se hizo muy poderosa, figura que bien retratada queda en Los Santos Inocentes, libro de Miguel Delibes y en la que se muestra las condiciones insultantes en las que los señoritos trataban a los trabajadores del campo en fechas relativamente recientes. 
El caciquismo ha dejado una profunda huella difícil de borrar, harán falta unas cuantas generaciones más.
Andalucía también ha sido la comunidad con mayor índice de analfabetismo de toda España, siendo los sindicatos anarquistas de principios de siglo XX los únicos que mostraron interés en culturizar esta región.
Por todo esto no deberían de extrañarnos los resultados de las elecciones andaluzas de este año, ni las anteriores, ni las próximas. No sé qué ocurrirá cuando coalicionen IU y SOE ni qué políticas tomarán (probablemente nos llevaremos más de un disgusto), pero no puedo evitar sentirme orgulloso de comprobar como los andaluces no han olvidado sus raíces y saben muy bien que aquellos que antes te pagaban una limosna para que les limpiaras las botas (y ese era tu curro), ahora piden tu voto sin ninguna vergüenza. A todo esto le sumamos la reforma laboral que tanta polémica ha levantado por parte del gobierno central y aquí tenemos el resultado.
Arenas se ha convertido en Gravilla, rompiendo con todas las encuestas y sondeos que daban mayoría absoluta al orejas este. Estadísticas que no pretendían otra cosa que los andaluces no votáramos resignados ante noticias tan aplastantes para que la mayoría absoluta fuese real. Esperemos que estas elecciones sirvan de ejemplo, porque me gustaría saber quien fue el que dijo que el voto a las minorías es un voto a la basura. Y también ejemplo de que un cambio político no tiene por qué traducirse en gaviota ni en lo mismo de siempre desde hace 30 años.
Andalucía se ha convertido en la aldea de Astérix y Obélix, toda Hispania ha quedado teñida de azul ¿Toda? No.

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