jueves, 1 de diciembre de 2011
La maldissión de los Pokemonsters y su pueblo labbánda
Atención al minuto 7:39 xDDDDD
-Al final vamos a tener que darle la razón a este pastor de la sabiduría y de nuestro señor Jesucristo, a raíz de la noticia que pongo a continuación.
-En 1996, surgió el fenómeno pokemon (la generación pokemon, a la que muchos hemos pertenecido). Salieron al mercado las ediciones rojo y verde (en Japón, en territorio PAL y en el resto de países salió 3 años más tarde), y miles de niños se hicieron con su copia.
-En verano de ese mismo año, se dieron nada menos que 104 casos de suicidio entre niños con edades comprendidas entre 7 y 12 años, una edad totalmente impropia para tener cualquier depresión. Según parece, al inspeccionar los cartuchos de sus consolas, todos se habían quedado en pueblo Lavanda (la ciudad de la torre-cementerio aquella con toda la trama de Kubone y Marowak y la zona safari).
-Tras estudiar el caso, se comprobó que la música de esa ciudad poseía unos umbrales sonoros que solo los niños de entre estas edades podían escuchar, y el cual provocaba jaquecas, adicción, sangrados de nariz, depresión, etc. Desgraciadamente, en las futuras versiones este fallo fue corregido, así como en todas las versiones que salieron en Europa y en Estados Unidos. Si no se podría haber armado la de Cristo en todos sitios.
-Dejo aquí la susodicha canción, la cual muchos recordaremos (lógicamente todo esto es un creepy-pasta (o una leyenda urbana), pero por si acaso no llegas a los 12 años no la oigas, a ver si te suicidas y tu familia nos pone una denuncia como un trolebús de grande):
¡En breves nueva entrada de pokemon, esta vez el famoso capítulo de Porygon!
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Yo no me suicidé porque jugaba sin la música, LA ODIABA xDD
ResponderEliminarObra maestra musical.
ResponderEliminar-¿La música mata?
-Depende...